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Entrevista a Darío Báez - ID.SanJosé - Capitulo 4

Pensamiento computacional: aprender a partir del error

Es innegable la importancia que tomaron en la actualidad las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (Tics) en el campo educativo. Eso encamina todo el sistema a un modelo pedagógico innovador que implica múltiples nuevos desafíos.

El profesor Darío Báez, docente de las Tecnicaturas Superiores en Desarrollo de Software e Infraestructura Informática y del Profesorado en Educación Secundaria en Informática que se dictan en este Instituto, es especialista en programación y robótica y brinda charlas y capacitaciones sobre la incorporación de estas nuevas herramientas al aula.

En una entrevista para el ciclo ID.SanJosé señaló que el pensamiento computacional es parte de la sociedad en la que vivimos, y que su enseñanza en los distintos niveles marca una nueva forma de aprender y de interactuar.

¿Por qué es importante trabajar programación y robótica en la formación superior?

La robótica y la programación son dos pilares muy presentes en la sociedad en la que vivimos, una sociedad de conocimiento, una sociedad digital. Estos elementos están presentes en lo cotidiano y por lo tanto tienen que ser llevados al aula. Estos procesos de acercamiento de las tecnologías deben ser dados de manera consistente y por eso estamos formando docentes en estas disciplinas.

Se dice que la programación es una disciplina fundamental en la educación contemporánea. ¿Qué pensas al respecto? Y, ¿cómo llevarlo a la práctica?

Esta disciplina que conocemos como programación forma parte de un conjunto de disciplinas que son elementos constitutivos de las tecnologías. La programación es un elemento que integra lo que conocemos como pensamiento computacional y esto nos lleva a trabajar cuatro pilares fundamentales: la resolución de problemas, la algoritmia, el modelado y la abstracción. Entonces, en este proceso de trabajar la programación y robótica primero debemos entender los conceptos fundamentales del pensamiento computacional.

El pensamiento computacional ofrece un nuevo lenguaje y un nuevo modo de pensar. ¿Qué habilidades desarrollan los estudiantes con estos instrumentos?

Es un cambio de paradigma. Y en ese cambio, las habilidades, aunque pensamos que serían nuevas habilidades propias de las tecnologías, en realidad son habilidades transversales como por ejemplo aquellas que vienen del campo de la comunicación, porque para estos conceptos tengo que hablar y trabajar con el otro, trabajar en equipo, hablar con un robot. Además, tengo que programar, formalizar elementos que son propios de un lenguaje para establecer ese vínculo de diálogo.

También tenemos que trabajar con otras disciplinas que son afines a la programación y la robótica, como la física, la matemática. Y otras disciplinas que no se relacionan aparentemente, pero en la práctica sí, como Lengua, Historia y Biología.

En nuestro proyecto de armado de robots hacemos mucho hincapié en el reciclado, para que el alumno desarme un componente electrónico en desuso, y una buena política es que se trabaje con esos elementos que a veces se quieren desechar.

Hablar de algoritmos y programación parece muy complejo. ¿Los estudiantes llegan con conocimientos previos producto del permanente uso de la tecnología?

Y aunque no lo creamos, todos los días usamos algoritmos. Nuestros procesos diarios son procesos de tipo algorítmicos, y lo hacemos constantemente: por ejemplo, en una receta, con los pasos para su realización: eso es un algoritmo, y esa forma de trabajo coloquial es la manera de introducir al alumno en el concepto de algoritmo y después, al concepto de programación.

¿La robótica y programación se pueden trabajar también en otros niveles educativos?

Se trabaja en todos los niveles. Desde salas de cinco años. Existe un proyecto llamado “Desenchufados” a través del cual podemos hacer simulaciones de programación y robótica con piezas de cartón o afiches.

La creación y la participación de los estudiantes sorprende, siempre encuentran una vuelta de tuerca, una nueva solución posible que no la pensamos y que surge del alumno.

¿Qué destacarías de esta nueva corriente que lleva el pensamiento computacional a las aulas?

Una habilidad que impuso el pensamiento computacional es aprender a partir del error. Siempre se vio mal al error y se lo sancionó, teníamos temor a equivocarnos. Con esto, se transforma el error en aprendizaje. Comenzamos a pensar en todo lo que se aprende a partir del error, tratando de que eso no genere una frustración en el alumno, sino que sea un estímulo para avanzar y encontrar la manera de resolverlo. Porque otro de los pilares del pensamiento computacional es buscar la solución de problemas.

¿En qué carreras trabajas con estas nuevas herramientas? ¿Alguna experiencia que puedas relatar?

Naturalmente el trabajo de programación lo hacemos con los alumnos de la Tecnicatura en Desarrollo de Software. Es ahí donde desarrollamos programación y algoritmia. Otro tipo de tareas, con fines más pedagógicos, lo hacemos con los estudiantes del Profesorado de Educación Secundaria en Informática.

En este último caso, trabajamos con escuelas destino y tuvimos una experiencia muy interesante el año pasado. En distintos grupos, los alumnos realizaron trabajos de aula, con experiencias propias muy gratificantes.

Es importante introducir estos temas para enriquecer la formación de nuestros estudiantes y sus intervenciones en las escuelas destino.

El pensamiento computacional ofrece un nuevo lenguaje y un nuevo modo de pensar. Y el aprendizaje de la robótica sustentado en la programación es necesario para introducir a los alumnos en la comprensión de las interacciones entre el mundo físico y el virtual.

Para finalizar, ¿qué desafío queda por delante en cuanto a la formación de nuevos profesionales en estas disciplinas?

Estamos convencidos de que llevar la teoría a la práctica es uno de los desafíos más importantes que tiene cualquier futuro profesional a la hora de aplicar lo aprendido. Es el desafío de que nuestros estudiantes se titulen sintiéndose capaces de ofrecer oportunidades de aprendizajes desafiantes y de que todos los estudiantes aprendan.

En la actualidad, la educación tiene como misión esencial la formación de profesionales altamente capacitados que actúen como ciudadanos responsables. Ello implica, en el proceso de formación docente, por ejemplo, que en cualquier nivel educativo estén llenos de conocimientos, habilidades integrales que permitan, junto con las funcionalidades que requiere el profesor, poder motivar estrategias pedagógicas adecuadas.